sábado, 14 de agosto de 2010

Descanso vacacional







Todo hijo de vecino necesita desconectar cuerpo y mente al menos una vez al año. Recargar las pilas. Cambiar de paisaje. De gentes. De dieta. Nutrirse de vivencias. De risas. De anécdotas. De cervecitas. De complicidad. De energía. De amistad. De amor. De un buen libro. De pescaíto frito. De buena música. De Dormir. Comer. Estar en buena compañía. Hacer el amor. Viajar. Cambiar. 
Como pequeña y etrusca que soy, necesito descansar para poder seguir dando guerra. 
Nos leemos a la vuelta.

CARPE DIEM.

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